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El viaje comienza en la animada Atenas, donde lo antiguo y lo moderno coexisten entre las ruinas de la Acrópolis y los bulliciosos barrios de Plaka y Monastiraki. Antes de zarpar, puedes sentir la energía histórica de la ciudad y prepararte para el cambio de ritmo que solo el mar puede ofrecer. Dejando atrás la marina, entras en el azul profundo del Golfo Sarónico.
La primera parada es Egina, a poca distancia de Atenas pero ya completamente inmersa en una atmósfera diferente. Famosa por sus pistachos, el Templo de Afea y sus aguas cristalinas, Egina ofrece una agradable combinación de cultura y naturaleza. Se echan anclas en calas tranquilas o en el puerto principal, donde las tabernas junto al mar sirven pescado fresco y ouzo al atardecer.